Rodín Kaufmann

En él resuena la trayectoria de sus padres. Sus abuelos artesanos le transmitieron el gusto por el trabajo meticuloso. Su madre, profesora de Provenza, le transmitió el amor por la literatura, y su padre alemán, músico, actor y director de las películas de Fassbinder, le mostró los caminos de la aventura espiritual.
Su infancia viajera, en Marruecos, Egipto y Líbano, le hizo ser políglota y sentir curiosidad por los demás y sus culturas. En Salé, Rodín quedó marcado por los músicos gnawa, con los que su padre tocaba el Moog. En El Cairo, se aficionó al hip hop y creó un grupo de DJs. En Beirut practicó el grafiti y descubrió la música occitana.
De vuelta a Marsella, aprende provenzal y conoce a Denis Sampieri y Manu Barthélemy. Los tres amigos cantantes se unieron a lo Còr de la Plana en 2001. Dentro del coro polifónico y percusivo, Rodín pasa dos décadas jalonadas por tres discos y conciertos internacionales en festivales y salas de prestigio (Womad, Olympia, Carnegie Hall...)
Al mismo tiempo, su universo toma forma. La imaginación siempre agudizada adquiere el dominio de los instrumentos y herramientas de producción musical, el de las técnicas de dibujo, grabado, impresión o tatuaje. En 2013 Rodín creó el label Pantais Recòrds para producir un primer single: Indignats, a dúo con Citizen Chance, un rapero de Brooklyn. Multiplica los proyectos: Sorn, 5 cantantes percusionistas que reinterpretan canciones fúnebres recogidas en el siglo XIX sobre un fondo de percusión de piedra y caja de zumbidos, Uèi donde un espectacular equipo electrónico refuerza las voces y los golpes de 4 músicos comprometidos. En 2015, a petición del Cirdoc, Rodín presenta Claus Sens Clau, su primera exposición que mezcla dibujos, vídeos, instalación, collages, serigrafía y creación sonora.
En 2021 publicó su álbum manifiesto Pantais Clus (sueño cerrado).

El lenguaje del poeta es múltiple. Un sinfín de palabras, signos y sonidos lo componen. Cuando Rodín canta, toca o dibuja, nos ofrece el mundo tal y como lo han traducido sus sentidos, con la precisión de la pasión.




 





Rodín Kaufmann en música

 


El águila mata al dron


cielo de gas corrompieron la esperanza
gritos brazos tendidos
hielo derretido
la juventud está harta
pelotas de goma bailarinas Degas
disparos al azar
órdenes de peleles
que nos echan encima sus redes

su puta matraca cae como la lluvia
sobre los mendigos en compás de espera
tumbados en el suelo

y así se queja el agente descontento
con su sueldo sus horas
cansado de escupir el fanfarrón reparte leña
sin embargo por dinero
a gente que nunca admitirá su derrota

la arena mata el trono